Imaginad por un momento que al nacer nos dieron una cama elástica. Nos dieron un arnés y unos muelles para sujetarnos al cielo y vamos por el mundo desplazándonos en nuestra cama elástica.
Fotografía: David Campbell
Con la gravedad, el peso, el impacto de nuestro cuerpo al estar rebotando continuamente y el paso tiempo entre otras cosas, si no hacemos un mantenimiento de la cama elástica poco a poco puede ir perdiendo firmeza, la estructura podría oxidarse y el arnés darse de sí. Nos costaría mucho más desplazarnos, ya no saltaríamos tan alto y dejaría de ser divertido. Incluso podría ser molesto o peligroso.
Ahora pensad que toda esa estructura es vuestra pelvis y vuestro suelo pélvico, y los que van en el arnés los órganos que aloja (vejiga, útero y recto de delante a atrás). A esta receta le añadimos que el suelo pélvico o periné es una zona a la que no prestamos atención y casi desde que nacemos nos dan señales de una forma o de otra de que no existe ¿Cómo vas a mantener algo de lo que no eres consciente?
El suelo pélvico es una estructura con un equilibrio perfecto, entre músculos, ligamentos y demás componentes. Si hay algo externo o interno que le afecte todos los elementos que lo forman o que dependen de él se ven perjudicados.
En el caso de las mujeres hay principalmente tres momentos de nuestra vida que van a comprometer ese equilibrio: el embarazo, el postparto y la menopausia. Además cualquier cirugía relacionada con el periné o el abdomen también tendrá consecuencias.
Por todo esto es importante conocer no sólo cómo es nuestro cuerpo si no cómo funciona y cómo podemos recuperar o potenciar la conciencia corporal de nuestro periné.
A modo de ejemplo, si quieres probar, te propongo un pequeño ejercicio: siéntate, recta sobre tus isquiones, esos huesillos del culo sobre los que nos sentamos. Piensa en toda la zona que se extiende de isquion a isquion y de cóccix a pubis, con forma de rombo. Respira, lleva tu pensamiento al centro de tu periné e intenta recibir las sensaciones que te procura esta zona sólo con la respiración. No te apures si no tienes ninguna, o si no lo tienes claro, para muchas no es fácil.
Os animo a ser curiosas, a preguntar, a buscar talleres y profesionales que os puedan ayudar a recuperar lo que es vuestro. Porque la oferta es amplia y cada vez encontramos más gente con conciencia.